viernes, 16 de diciembre de 2011

Cortas Palabras


Hoy los pensamientos sentencian una fugaz angustia por la ausencia que ha de venir, las lagrimas fluyen por los esfuerzos aún caducos en ésta ardua tarea que algún día nos propusimos quienes yacen en la tumba, Dayana y migo "recuperar al hombre como ser humano para la vida", esa será para quienes perduran en la impaciencia de una vida opuesta al hacer, dentro de la vaguedad de un capital que nos proviene placeres y nos omite la experiencia misma del momento, como síntesis de una emocionalidad desprovista de barreras y condicionamientos, "ama y haz lo que quieras" hermosa sentencia agustiniana que hemos seguido como propia desde nuestra fundación hasta los años venideros.

Siento la necesidad de hacer nota el sentimiento sin mayor racionalidad que la gratitud por esa hermosa compañía, en éste sendero que juntos nos decidimos en su momento caminar, fue la coincidencia el motivo del encuentro, la poesía el devenir de nuestras angustias, la sonrisa el epicentro de una fraternidad hoy desvanecida, la diferencia la razón de ser de nuestra estancia, el infortunio la causal de nuestra despedida y la distancia el producto de nuestras decisiones ... Continúan mis mejillas vertiendo livianas lagrimas, aparecen recuerdos a través de imágenes donde sus rostros aún jóvenes envejecen, donde las tumbas sirven de alicientes para la memoria, y los epitafios rezan que la carne en polvo se convierte, que los días contados fueron y la memoria frágil de quienes quedan explica el muy sucio epitafio de mármol que quizá nunca se volverá a leer “no me llevo nada, todo lo dejo a mis muy amados para que la vida siga teniendo lugar”.  

Sin duda, todo lo dejo, ante todo el recuerdo, pues después de tantos años aún se advierte que recuperarse para la vida supone aprender a bien morir, y hacerlo comprende el ejercicio de la sana muerte, aprender a sumergirnos en la distancia, amar sin condiciones y sin limitaciones; de allí, que hemos ustedes y yo sido hijos de un ideario pero nunca codependientes, nos debemos al otro desde su reconocimiento, emergemos en la diferencia y nos conquistamos cuando hacemos de la racionalidad no una artimaña para someter al otro, sino una herramienta para poder comprendernos; la ética de la alteridad es la estética de los carpedianos, serlo no es más que vivir en armonía planetaria, fundirnos en la triangulación tierra, coplanetario y si mismo, éste último fundamento inalienable del ideario, como motor de un individuo que al subjetivizar su historia se vuelve sujeto.

Sin más, la distancia es esa marcha, el desazón de una angustia que ligeramente nos lleva a ir siempre adelante, en la inmediación de una muerte que roza la vida con sus delicados labios; y así, en éste texto siempre maldito, me calmo de momento y advierto que el instante desde su inmanente caducidad ya no es mio, ya no es vuestro; mis muy amados, en el eterno presente que nos pertenece, en el olvido que seremos, suyo siempre, Tatan.

sábado, 6 de agosto de 2011

Fragmentos de mi pensamiento


Argumentar la diferencia en medio de la facilidad dada por las doctrinas se convierte en un reto para quienes en el despertar aún poetizamos atardeceres en días lluviosos..

A veces queremos comprender demasiado, controlar variables y determinar posibles efectos; con fortuna la vida emerge y a cada día  se le agrega un sin sabor.

A veces se quisiera transformar locas cosas de éste pequeño mundo... mejor hemos de instar por revertir la indiferencia yuxtapuesta a nuestras equivocas acciones..

La vida sigue siendo el epicentro de la esperanza donde es posible habitar, llorar y parirnos..

Comprendiendo que el presente no es lo que pretendemos, divagando en el sin sabor de posibles frustrados, simplemente caminando...

Deja que la noche ilumine... el caminar...
para secundar esperanza
en medio de la lluvia..


...la palabra tiene lugar en el otro, para que por momentos dejemos de estar ausentes de sí; por ahora preciso puntos suspensivos ... en ésta corta pero fraterna conversación que espero se reinaugure en confinamiento de una eternidad maldita…


Cuando al fin muera, y éste escuálido cuerpo sintetice todo esfuerzo, recordarme porque en alguna pequeña conversación fue posible la angustia y en ella tuvo lugar la vida, como el germen de un eterno presente habitado en la palabra y agotado en cada suspiro...

miércoles, 3 de agosto de 2011

Apuntes para la reivindicación espaciocultural

Contra los pronósticos de la homogenización del mundo moderno como efecto de la globalización económica y cultural, emergen en las diversas comunidades movimientos académicos y sociales que promulgan la autonomía y la diversidad étnica y sociocultural, pareciera que estamos ante un sinnúmero de paradojas que nos obligan a valorar en nuestro accionar presente maneras alternativas de multiculturacidad y multietnicidad como rasgos fundamentales de la democracia en los pueblos que conforman los estados latinoamericanos. Una mirada al pasado supone la comprensión histórica de quienes habitaron estas tierras fechas previas al mestizaje, a la par de un reconocimiento real a todas las razas que hicieron parte de tal proceso, afros, blancos e indígenas; colonos, expropiados y esclavos.

No hay duda que el nuevo carácter de las reivindicaciones étnicas, abordado desde el reconocimiento de sus derechos históricos como pueblos culturalmente diferentes, ha contribuido substancialmente en el avivamiento de aquellos pueblos que sumidos en la exclusión social y sujetos al alarmante proyecto de civilización de la cultura occidental, ven cada vez más dificultosa la emancipación de sus pueblos en los albores de la postmodernidad. 
Entre la reivindicación de la etnicidad como fundamento primario en la comprensión de la historia colombiana, sin desvincularnos de la exigencia social de repensar la nación, departamento y ciudad desde una perspectiva multicultural y multiétnica veo ciertos elementos que obstaculizan la sana coparticipación entre lo moderno y lo tradicional. Debemos por tanto construir ciertos puentes para afianzar la convivencia fraterna entorno a la diferencia para no caer en versiones obstaculizadoras de lo étnico que en lugar de propiciar nuevas formas de convivencia basadas en la pluralidad, la tolerancia y el respeto, lleven a promover prácticas de exclusión, posiciones genocidas y concepciones esencialistas poco dinámicas y contradictorias de la identidad étnica.

Un proyecto social que englobe a los pueblos en una sola cultura debe ser rechazado por quienes trabajamos en la defensa de los derechos fundamentales (humanos y ambientales) en la medida que no respeta la diversidad en el sano ejercicio de la promoción. Subraya Freire “cada pueblo habrá de buscar aquel elemento que le emancipa en su esencia única que a la vez le diferencia”, es así, como cada pueblo en el afán de no extinguir su flameante llama vuelve a sus fuentes y demanda de la comunidad de estudiosos, académicos y de los otros pueblos la autonomía que les permita prevalecer en el tiempo y conservar aquel centenario legado  de lenguas, ritos, tradiciones, sabias enseñanzas… que como entretejen su historia son imprescindibles en el abordaje de la nuestra. No podemos excluir la historia de nuestros antecesores si queremos comprender la existencia presente.
No hay duda de que la recuperación de la identidad étnica constituye unos de los ejes cristalizadores en la promoción de las mal denominadas minorías, por ello quienes respetamos los fundamentos históricos del ser presente de los pueblos debemos ser creativos en la construcción de propuestas novedosas que permitan abordar la realidad multicultural. No obstante, algunas expresiones de éste nuevo discurso tienden a oponer a las comunidades étnicas tradicionalmente organizadas con la sociedad general en donde se contienen, de ahí que nuestras labores reivindicatorias deben tomar el discurso emancipatorio como la expresión de un recurso simbólico, ideológico y político para confrontar las ideologías dominantes y para conservar una identidad; más que como una expresión de rechazo  a otras formas de ser de las sociedades contemporáneas.

Una de las constantes en el discurso de las etnias contemporáneas es la reivindicación de las costumbres, el pensamiento propio y las tradiciones como núcleos grandes de identidad, el acercarnos a la cosmovisión desde donde se asumen las comunidades ancestrales favorece quizá una orientación reivindicatoria del medio ambiente, de allí que recuperar el planeta para la vida supone la apuesta del hombre globalizado por la cultura ápice de su historia.
Sin duda, la recuperación integral de la humanidad del sujeto no puede estar separada de la realidad socio – espacial que le circunda, como jóvenes preocupados por el deterioro socio – ambiental al que estamos ceñidos en tiempos de conflicto, es un imperativo el sentimos responsables por callar, por autocensurar nuestras ideas y limitarnos a ser simples videntes, observadores, cómplices de un mundo entregado al hedonismo, masificado de seres egoístas insertos en la economía de mercado y en la acumulación de capital, procesos sociales recurrentes que difuminan el asombro, lanzándolos a la fatídica homogenización bajo las dinámicas de la dominación, el 
goce, la ideología y el mercado.

Por otra parte, la  incomprensión o desconocimiento de lo que implica asumirnos desde las artes, la ética, la política y el sentido integral del ser; adquiere una mayor dificultad cuando en los contextos sociales donde habitamos no hablamos más que de guerra, productividad, alcohol, violencia, drogas, normas … pero jamás de cultura, encuentro y creación artística requerimientos fundamentales a la hora de replantear las políticas públicas en el afán de ofertar contextos vitales de socialización óptimos para plantar el semillero de hombres y mujeres con conciencia social, pluralistas y protectores del medio ambiente.

Para plantarnos, es necesario al amparo del ideario carpediano proponer y abanderar procesos de redescubrimiento del ser que permitan un cambio de mentalidad en las comunidades. En consecuencia, la Jornada de Integración y Sensibilización Universitaria es una propuesta urgente en la coyuntura de un país ahincado en la indiferencia, en ella debemos darnos cita los jóvenes, hombres y mujeres que le apostamos a la pluralidad, a la dialéctica de los opuestos, a la protección del medio ambiente como un universal primario de conservación, a la formación corresponsable y a la puesta en el ruedo del potencial humano, artístico y solidario en la apertura de espacios discursivos que permitan la sensibilización crítica de los jóvenes universitarios frente a las problemáticas étnica, social y ambiental.

domingo, 27 de febrero de 2011

Corticos

Con ocasión de un encuentro: veo en la fugacidad de la sonrisa el lugar donde se recrea la grandeza del espíritu, o en la espontaneidad de una lagrima el sello de una amistad eterna abierta a la indispensable comprensión de sentidos; también me veo y te veo en la distancia de argumentos encontrados, en el eterno presente que discurre entre una vida por ser vivida y un pacto de más de dos por se llevado hasta las últimas consecuencias; sin más, allí en el fluir de la palabra se condensan historias y en éstas al final de la tarde nos comprendemos quizá un poco más humanos...y entre tanto más hermanos... Que la vida nos oferte los obstaculos necesarios para hacer del momento esa gran obra de arte que nos permite, que nos encuentra.

miércoles, 26 de enero de 2011

En el camino advierto, Caminante.



El acto de parirse es doloroso y sólo se conquista en el reconocimiento de aquello que al final del jornal resta a la ocupación, en el preámbulo de una mente fatigada por la ausencia de un hacer alienante.  Allí donde no hay un otro que perturbe, tiene lugar la conciencia rebelde, la partera de una vida propia en la corrupción definitiva de un cuerpo ajeno. Tengo la certeza, que con frecuencia prefieres la ocupación a la pregunta sobre el sí mismo, aún así, en el correr acelerado de días que se van y vejez que arremete, esa misma vida, ajena, impropia, alcahueta de tu destierro, hoy en un presente agotable te cobra éstos años de abandono.

Después de mucho, adviertes en un soliloquio racional, una estancia en soledad, afirmas estar sólo, realmente lo estás, todo por haber conquistado el lugar del otro, en un falaz y sospechoso altruismo cuyo fin es la desatención de un cuerpo que hace pero no se siente. Como la evidencia señala, has dispuesto la vitalidad del momento en la meta conquistada, no en la existencia parida; oh querido transeúnte ¿por qué has abandonado tu propia conquista interponiendo conquistas colectivas? ¿por qué la nostalgia del mundo omite la angustia de tu propia presencia? Finalmente, hemos de ser en la existencia, parirnos para no naufragar... como lo estás haciendo, y si es el caso naufragar para existir o como tu correlato lo quiera; sin más, desde la humanidad que persigo, sólo advierto que resta a tu voluntad ser partera de tu existencia, preámbulo de un discurso auténtico desde el pensar visceral que hace de nuestro esfuerzo, el argumento para obviar la vanidad, epicentro de la pretensión de ser meros protagonistas  y no genuinos caminantes.

martes, 25 de enero de 2011

Corticos

Me retiro, he de advertir que todo esfuerzo es vago, que mi caminar cansado se encuentra de limosnear ese minúsculo esfuerzo, no intentes detenerme, mientras sigas transeúnte sin camino, yo me posaré en el silencio y comprenderé la ausencia de la luna, en la noche estrellada de mi fatigada calma (Tatan H. T)

miércoles, 29 de diciembre de 2010

A la ingrata distancia


En lo aparente se construye un momento no nuestro,
En lo imaginado se secunda la brisa que alerta la vitalidad del instante tras todo acto,
Entonces ¿Cómo no secundar presentes en el espacio que dista el contacto?,
Finalmente, avivar, recordar, buscar y seguir estando.

He querido hacer poesía pero con la esterilidad que propone en mi vida su ausencia,
Hasta el escribir se torna vago,
Quisiere lentamente acercar mi mente a su cuerpo,
Sin  embargo, mi pensamiento reposa paralizado en la ficticia escena del encuentro.

Somos de barro, o al menos mi componente es la arcilla,
De esos seres que en el azar se encuentran y en la palabra deciden aunar el absurdo,
De los caminantes que avanzan sin el temor de ser llevados por la avalancha,
De los itinerantes capaces de anidar el silencio en la distancia.

Avizoramos la excusa y  alimentamos el ser de cristalinos y minúsculos detalles,
En la impaciencia de un delirante deseo que le acaricia en coloridas imágenes,  
En  ese andar aún no construido, en el posible aún no vivido.

He querido dejar de ser la nostalgia de una estancia siempre ajena,
Ser el motivo para avivar el tumulto y sonreír más de dos veces,
Ser la acaricia propicia en la ingrata distancia,
Ser uno con usted, tres con nuestros pacientes anhelos.

Somos el mal chiste de un absurdo desde siempre incomprendido,
De esos seres sin temores y vanidades,
De los caminantes sin futuros ni destinos,
De los itinerantes, náufragos y navegantes.

He deseado encontrarle pero el espacio fue un mal invento,
Le he querido desde siempre pero lo sabe, soy cobarde,
Le escribo a usted sin miedo, con certezas,
Me enamora su piel, sus palabras y sus dispensas.